- “¡MIRA!, ¡mira, mamá...!, en este cole se prohíbe recortar...A este cole quiero venir, que tú sabes muy bien que a mi no me gusta, recortar...”-.
- “ Si, cariño, es que últimamente están prohibiendo recortar en muchos sitios...”-.
Estando, este verano, de vacaciones en Gran Canarias, pude volver a reflexionar sobre lo delgada que es la línea entre la locura y la cordura, lo normal y lo anormal, entre lo estipulado y lo no estipulado.
Lo sucedido me llevo a reflexionar, también, sobre la paradoja, que el cine ha representado en multitud de ocasiones, que supone en pensar que lo que tú estás haciendo en un momento determinado es diferente a lo que sucede en la habitación de al lado, en la casa de al lado, en tu pueblo en multitud de casas, en tu ciudad en ese instante, en tu país, en el resto del mundo. ¿Qué sucede en un mismo minuto para todo el mundo?.
Mientras estaba en el balcón del hotel donde estábamos alojados, tratando de decirle a mi madre de donde procedía el ruido de la música que a modo de “verbena” no nos dejaba dormir a la peque y a mí, debajo de la habitación contigua a la mía, una mujer estaba de preparativos.
Le indicaba a mi madre con la mano, que si a la derecha que si a la izquierda en medio de la oscuridad de la noche y ella, desde abajo y acompañada del señor de la recepción, comprobaban que la escandalera era cierta y verificaban el punto exacto de procedencia para dar un toque. Eran las 10 y media de la noche. Finalizadas las indicaciones me metí para dentro, confiando en la gestión de mi madre para que su hija y su nieta durmiesen bien.
Apague las luces de la habitación. La peque no paraba de moverse y nos metimos juntitas en la misma cama, esperando en cualquier momento, oír que su respiración se sosegaba lo cual significaba que se había quedado, ya, dormida.
De pronto, oí un ruido tremendo de algo que cae al suelo y en medio de la oscuridad de la habitación pensé que se había caído algo de la terraza. Al cabo de 5 minutos oí el sonido, inconfundible, de un monitor...pi, pi, pi, pi. Escuche un lamento de alguien que decía: “¡mi hermana, mi hermana...!” . Seguí escuchando el monitor en medio, de repente, de un sepulcral silencio.
La respiración de mi hija se hizo más profunda y aproveche para levantarme de la cama y salir al balcón sin que me oyese.
De repente, aquello me pareció como un episodio del CSI. Pude ver que en los balcones de la otra parte del hotel, estaba todo el mundo asomado y mire hacia abajo en el mío y vi el cuerpo de una mujer que yacía encima del tejado del restaurante. Personal del hotel la atendía y el personal de la ambulancia la mantenían monitorizada.
Mi madre estaba asomada a su balcón,había vuelto ya a su habitación y le pregunté:
-”¿Qué ha pasado...?”-.
-“Parece que ha saltado de su balcón, debajo del mío...”- me contestó.
- “¿Saltado?, ¿quieres decir que se ha suicidado?”- un escalofrío me recorrió el cuerpo, mientras miraba y veía que cubrían su cuerpo con una sábana no pudiendo hacer nada más por ella.
- “Sí, ha saltado...ha puesto una colchoneta, toalla o algo del sofá, una silla y ha saltado, todavía lo puedes ver colocado en su balcón...Parece ser que la gente aún estando de vacaciones también se suicida...”- comentó en voz baja mi madre.
Me metí para dentro. Volví a la cama de mi hija y me acerque a su cuerpo dormido, impresionada, no sabiendo si podría dormir mientras seguía escuchando las voces de la policía, de los bomberos, del personal que vino al levantamiento y demás. Escuche la respiración de mi hija y pensé que mientras estaba indicándole a mi madre en el balcón 10 minutos antes, esta mujer lo estaba preparando todo para lograr su fin.
Un fin que posteriormente nos enteramos que ella buscaba y que realizo después de estar 14 días de vacaciones. Al día siguiente volvían.
Volvían a casa y ese viaje había sido un intento familiar por distraerla.
No existen las palabras para tratar, a veces, de explicar un acontecimiento como este.
Sólo las reflexiones personales y la mía gira entorno a esa delgada línea que existe entre lo establecido y lo que uno piensa en una milésima de segundo.
Una plegaria y dos flores rojas arrojamos desde el balcón de la habitación de mi madre en un respeto absoluto a ella y su familia.
Descanse en paz.
Al hilo de la noticia sobre la desaparición de la asignatura de “Educación para la Convivencia” por la nueva aparición de otra asignatura que versará sobre temas constitucionales, me ha sorprendido la cobertura en prensa con artículos encendidos sobre el “adoctrinamiento” que dicha asignatura levanto en su momento y que vuelve a estar en boca de todos.
No voy a entrar en que si sí o que si no de dicha asignatura, lo que quiero plasmar aquí es el conocimiento que me ha supuesto saber en 1º línea, qué es la asignatura de “Educación para la Convivencia”, es decir, desde lo que se enseña a un futuro docente para que imparta dicha asignatura.
Esta asignatura, en 1º lugar, habla de los Derechos Humanos, de su concepto de ser unos derechos universales, incondicionales e inalienables, así como también describe los Derechos de los niños y la ratificación de unos y de otros derechos por los Estados soberanos en respectivas Asambleas Generales de Naciones Unidas. Resaltando, así mismo la salvaguardia de dichos derechos en nuestra propia Constitución y cómo la Ley Orgánica de Educación (LOE) los aborda y los contempla.
Por otro lado, he descubierto que es una asignatura que en Europa se da como asignatura misma en países como: Francia, UK, Suecia, Bélgica, Holanda, Italia, Grecia y Portugal y en otros países es transversal, es decir integrada en otras asignaturas, como por ejemplo en: Alemania, Finlandia, Noruega. De una manera o de otra, podemos ver que en Europa se trabaja y se aborda. Aquí se ha adoptado un modelo mixto, por un lado es una asignatura propiamente dicha para el último ciclo de la Educación Primaria, y por otro lado se trabaja transversalmente dentro de la Competencia Social y Ciudadana.
Dicha asignatura no sólo contempla “normas de civismo” como algún periodista en la prensa local ha resaltado. Es más.
Sus pilares pedagógicos nos llevan a un aprendizaje que nos permita: pensar, razonar, analizar, comparar y criticar propuestas sociales y políticas, favoreciendo el trabajo en equipo, la toma de decisiones consensuadas y el trabajo cooperativo.
Se analizan los conceptos de: el valor, de actitud, de norma. Con propuestas tan interesantes para la práctica de la educación en valores como: la clarificación de valores de Raths (1966) que es lo contrario a cualquier adoctrinamiento, pues pretende desarrollar en el alumno la reflexión y el análisis de sus propios valores para que los analice, suscitando debate. O a través de los dilemas morales de Kolhberg, que a través de una breve historia se suscita un conflicto cognitivo. Dialogando, deben los alumnos optar por una solución u otra.
También he podido comprender con esta asignatura la importancia de la Educación Emocional, la importancia de poner nombre a los sentimientos que los niños sienten y que muchas veces, les hace sentirse confundidos y cuestionados por no saber buscar una canalización correcta de los mismos cuando les surgen. Para Bisquerra (2008): el comportamiento violento, que hoy tanto se da en nuestras aulas, es una manifestación de analfabetismo emocional. Por lo cual trabajar con los chavales en esta campo siempre será beneficioso y repercutirá en conseguir un buen ambiente en el aula con lo cual el rendimiento escolar, también mejorará.
Conocer la relación entre disciplina y el proceso de Enseñanza-Aprendizaje, puesto que la interiorización de una adecuada disciplina favorece los aprendizajes, también es importante. Dar a conocer la importancia de que los alumnos conozcan las normas, las elaboren junto con los adultos y se trabaje el conflicto, puesto que cuando los conflictos no se resuelven es cuando pueden derivar en problemas de violencia o de disciplina a largo plazo. Y todo esto es importante empezar a trabajar con los niños desde pequeños: la educación emocional y la resolución de conflictos. Y para ello los docentes debemos estar formados y de ahí la importancia de dicha asignatura.
La importancia de reconocer el bulling y ciberbulling y la prevención en dichos temas desarrollando, también estrategias para resolución de conflictos, tal y como apuntábamos antes, también forma parte de esta asignatura.
Conocimiento del Plan de Convivencia de un Centro Escolar para una buena redacción del mismo implicando a todos los sectores que deben estar presentes en su redacción favoreciendo un modelo de convivencia del centro, participación y motivación de toda la comunidad educativa, concretiza el trabajo por la educación y convivencia escolar.
Educación para la Convivencia y Diversidad, favoreciendo la convivencia pacífica entre las diferentes culturas que forman esta sociedad, también tiene cabida. Haciendo realidad una integración efectiva (inclusión) favoreciendo el respeto, la participación y la implicación activa.
Todo lo descrito anteriormente es parte de la asignatura de “Educación para la Convivencia” desde el aprendizaje de un docente actual. Temas que, por otro lado, desde casa, desde las familias se pueden y se deben abordar pero que desde una escuela moderna e inclusiva también. Son temas que deben ser abordados con coherencia y con la importancia que tienen para los alumnos, aún más cuando la delegación de las familias en la escuela y la propia des-estructuración actual de las mismas produce lagunas en algunos de estos temas, anteriormente descritos.
Exponer que la “Educación para la Convivencia” es una mera asignatura para saber cómo se tienen que comportar las personas (en esta caso los chavales) ante una persona mayor o qué cuales son las normas de civismo es quedarse en la superficie de lo meramente anécdotico y desde el desconocimiento total y absoluto de lo que se trabaja en dicha asignatura.
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