Hemos llegado a fin de curso...
Tenía ganas, personalmente.
Y ¿como hemos llegado a este fin de curso? pues con un fantástico baile de llegada de la primavera con las flores abriéndose con la lluvia y las abejas llegando a por su polen. Estaban todos los niños disfrazados de abejas, nubes con gotitas de lluvia y flores. ¡¡Unas fantásticas flores!! que crecían, bailaban y se abrían al ritmo de la música.
No creo que llegase ni a 10 minutos pero fueron intensos.
La “peque” totalmente metida en el papel del “no te muevas, las manitas así...”. Tanto, que cuando acabo el baile y nos pasaron a otra clase a ver el montaje de fotos del fin de curso, ella seguía con sus manitas así...como sujetando las hojas del tallo de la flor.
Y con este fin de curso, me toca hacer una reflexión.
Quién me lo iba a decir a mí que me iba a emocionar con las lágrimas de su profesora...pues sí, me emocione muchísimo y le dije que lo había hecho muy bien.
¿Y después de todo lo que ha pasado en el 1º trimestre le dije eso?
Pues si, porque la perfección no existe y como dice alguien por ahí; “el maestro aparece cuando el alumno está preparado”. Quizás le falte rodaje en muchas cosas de castigos, premios, competitividad, silla de pensar, etc pero por otro lado, el trabajo realizado, ¡ha sido fantástico! este curso. Han hecho mosto, han pisado; olido, pintado, sacada la tinta de setas...han hecho pan, han comprado y vendido en su tienda, han pintado con los pies, han cerrado los ojos y se han dejado llevar por el sentido del tacto...Impresionante, todo lo que han hecho. Poco libro, pocas fichas y mucho experimentar.
Que es así, como mejor se aprende...desde la vivencia, desde lo emocional, pues todo eso, se les ha quedado grabado a todos esos niños que han pasado este año por esa experiencia.
En mi caso queda comprobado que, aún con todo, si emocionalmente me haces daño (método conductista del “time out”) todo lo descrito anteriormente no tiene sentido. Es decir, tengo que estar bien para que la vivencia de todo lo demás me llegue y me cale, sentirme seguro, protegido, comprendido y aceptado. Y desde ahí, podré empezar a aprender mejor.
Pero lo dicho, la perfección no existe.
Y con mi emoción de ese día de final de curso quiero desde aquí, agradecer el trabajo realizado tanto a ella como a la tutora de la otra clase porque con la experiencia desarrollada y con su buen hacer van a llegar a ser, si no lo son ya, unas estupendas maestras de infantil.
Y porque han tenido en sus manos y tendrán un bien supremo; la educación de nuestros hijos y debemos confiar y agradecer su labor, pues solo así se sentirán lo suficientemente valoradas y apoyadas para saber que lo que están haciendo está bien y que es una labor importantísima y un trabajo especial. Tanto ,como especiales y diversos son nuestros hijos.
Mi más sincero agradecimiento y mi cariño.
Eso sí, cuando alguna de ellas llegue a ser mamá, entenderán muchísimas más cosas sobre los niños que no están en los manuales ni en los libros ;-)