El pasado día 27 de Febrero volvimos a celebrar la 3º de las 4 Jornadas Educativas en la Universidad Popular. Esta vez era, la Escuela Libre.
Si Montessori con Celine, nos dejo un buen sabor de boca, la escuela libre de Kortiñe, no defraudo. Al revés, removió, removió y aquí seguimos todas removidas por la experiencia de este grupo de personas y su proceso evolutivo tras 8 largos años para poder ponerlo en marcha.
Imágenes preciosas del local que tienen con los niños cada uno a su “quehacer”, descubrir por rincones con Montessori, la hora del almuerzo, la hora del taller, el cuentacuentos, etc. El trabajo a la tarde una vez a la semana con las familias pues es algo que no puede dejarse al margen; la familia, la escuela, los niños van todos juntos en el mismo “pack”. Frente a la excesiva delegación actual de la familia en el sistema educativo, delegación que pasa en algunos momentos por la intromisión de la escuela dentro del ámbito familiar , en ejemplos claros como; si duermes con tus hijos o no, castigar por no comerse las frutas del almuerzo, si lleva el chupe en casa o no, etc.
Sirva de anécdota la forma de proceder en Kortiñe, por ejemplo, con el periodo de adaptación.
Nos comentaban que habían tenido a una niña durante un año, sentada en donde dejan las cazadoras, los zapatos y las mochilas en espera de que ella tomará la decisión de entrar. No había un mensaje claro de confianza de la madre a la niña respecto al entorno en el que la iba a dejar y la niña no confiaba. Trabajaron con la madre en despejar las posibles dudas, reticencias, etc y a medida que la madre empezó a confiar en el medio donde iba a dejar a su hija, la niña empieza a confiar y a entrar. Para mí un claro ejemplo de respeto al proceso natural de cada niño como al propio proceso de confianza de la madre que cede por primera vez, en esa etapa, que el vínculo con ella, su hija lo amplie a “ terceros” con los que va a estar.
Fueron casi 4 horas de escucha atenta a personas que se les veía, pero sobre todo trasmitían que creían en su proyecto y que nos quedamos con las ganas de un poco más de tiempo para poder “machacarles” a preguntas pero que el tiempo no nos permitió por apremiarnos como siempre.
También hubo sinceridad entorno a que todo no es fácil en los inicios y las dudas están siempre a la vuelta de la esquina y más cuando hablamos de niños y de su “educación”. Pero su metodología lleva en práctica muchos años en la escuela Pestalozzi y se sabe a día de hoy que sus frutos son positivos, que de verdad los niños aprenden. Sin prisas, a su ritmo, cuando demandan y poco a poco integrando y provocando en ellos la curiosidad que desde mi punto de vista la escuela actual mata en su intento de homologar a todos por igual.
Merece la pena escucharles y merece la pena ver Kortiñe.
Mil gracias a Saioa, Ibon, Yagoba y Joanes, por su venida a Logroño a hacernos vivir lo que ellos viven cada día allí...
Y por descontado que a la UP y a Martina por creer en este proyecto que cada vez interesa a más familias.