A Lara esta semana la han sentado en la silla de pensar.
Conocí este elemento del mobiliario en su faceta pedagógica cuando empecé a ver ,hace ya tiempo a la supernany. Llego un momento en que deje de ver dicho programa. Sin embargo, todo el mundo hablaba de esa "silla".
Y esta semana Lara ha conocido lo que es la "silla".
Ese día que la recogí del cole, parecía que había metido los dedos en el enchufe .Estaba revolucionada. No hubo forma de poder dormir la siesta. Y una que es humana, muy humana....se cansó del intento infructuoso de dormir con ella desde las 3 hasta casi las 4. Y me enfade, me cruce de brazos y me fuí a ver la telenovela que me relaja...Ella detrás.
Me miraba, y me miraba y le dije que estaba enfadada y ella hizo lo propio...se cruzo de brazos y se enfadó. Pero como conmigo no podía (pues yo, ¡¡primer!! estaba enfadada con ella) se enfado con su padre. Pero lo que nos dejo caos....a los dos, es que se levanto, cogió su sillita, la llevo a una zona aparte de su zona de juego y le digo a su padre que ¡¡ala!! a la silla a pensar...
Y se paso parte de la tarde mandando al oso a la silla. Estaba impactada.
Su profe al día siguiente ni recordaba el evento personal que Lara vivió. Se lo tuve que decir yo; "¿estuvo sentada en la silla de pensar ayer? ¿le pego algún niño?" (yo, tratando de encontrar una respuesta pues muy grave tenía que ser lo que había hecho puesto que es un pedazo de pan, quizás por su grado levisimo de inmadurez y de retraso en la expresión del lenguaje, ¡no me podía imaginar que era lo que podía haber sucedido!) Y la respuesta fue; "hacer ruido con la boca, tiene que interiorizar cuando hay que estar en silencio".
Una vez que uno de nuestros hijos ha vivido una situación así y llega a casa y mediante el juego simbólico te informa de lo que le ha sucedido; primero debemos de estar contentos de que se maneje así, es decir que sea capaz de representarnoslo y de hacérnoslo saber. Y segundo debemos de entrar en su juego simbólico desdramatizando la situación. Como por ejemplo, en vez de decir "aquí no hay silla de pensar porque pensamos igual de pie, que sentados, que tumbados" (que es lo que dije) pues sentarnos en la silla y hacer el ganso...llorar (hacer como que lo hacemos), reír, sentarnos todos, sentar a todos los muñecos, sentar a la abuela, desdramatizar y entonces el niño entiende que "vamos, no es algo tan grave..." y si le volviese a suceder lo vivirá de forma diferente, porque si papá y mamá en casa se sientan y se sienta mi oso...pues bueno, es más llevadera la vivencia y nos la volverá a contar.
Otro tema es utilizar la silla y no decir de "pensar" para romper una situación determinada.
Porque el problema de la "levedad" del acto de Lara, es que si luego muerdo a una niña y me sientan también...igualamos ¿un acto al otro?. Pues no lo veo pedagógicamente hablando, muy justo. Aunque tengo que decir al respecto que no soy pedagoga y por contra soy madre.
He visto utilizar la silla a una profesional en una situación totalmente distinta; un niño le arrea a otro un martillazo en toda la cabeza (literal y visto por mi) y para cortar esa acción, para hacer reflexionar al niño he visto a esa profe sentar al niño, ponerse a su lado, a su altura (movimiento corporal muy importante) y hacerle ver o reflexionar o comentar lo sucedido tratando de provocar la empatía hacia el niño "sufridor" del mandoble.
A mi me parece un suceso distinto y bueno, entendible. Y pedagogicamente, también porque no decirlo diferente.
Pero bueno a lo que iba...contra el medio es dificil luchar y tampoco se puede estar con una campana de cristal protegiendo a nuestros hijos todo el rato, pero nuestra labor "dentro" es importantísima. Así que nos toca desdramatizar y a dejarnos llevar por el juego. Es fundamental para "transmitir" seguridad y levedad en el hecho vivido.
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