A todos aquellos interesados en el embarazo, parto, puerperio, lactancia materna y crianza. Hago mia la frase de "abrázame y quiéreme cuando no me lo merezca, pues será cuando más lo necesite"


Acostumbrada a frases del tipo; "ahora empieza la dictadura infantil"..."son unos puñeteros"..."la llevas clara si cedes con ellos"...para mí ha sido una bendición descubrir este libro, que recomiendo en este mes de verano para leer al borde del agua o debajo de un árbol o en tu mecedora de casa; "Padres liberados, Hijos liberados" de Adele Faber-Elaina Mazlish.


Que guarda entre sus páginas párrafos tan interesantes como este;
"Cuando castigamos a un niño, le privamos de enfrentarse a sí mismo. Hay personas que dicen; pero si no le castigas, le estás dejando que haga lo que le venga en gana. Al contrario; cuando le castigamos se lo ponemos muy fácil. Siente que ha pagado por sus malas acciones y ha cumplido su condena. Después es libre de repetir su mal comportamiento. Porque, en realidad, ¿qué queremos de un niño que se ha excedido? Queremos que se analice a sí mismo, que sienta cierto grado de malestar, que haga sus deberes emocionales, que empiece a asumir alguna responsabilidad respecto a su propia vida."

O este otro;
Solíamos pensar que al decir a un niño lo que hacía mal, mejoraría. Si le llamábamos mentiroso, se volvería honesto; si le llamábamos tonto, se volvería listo; si le llamábamos vago, se volvería más aplicado. Ahora sabemos que para que un niño mejore, la base está en tratarlo como si ya fuese aquello en lo que es capaz de convertirse.

¡Dignidad! ¡Esa era la diferencia básica entre el retrato antiguo y el nuevo! El nuevo retrato otorgaba infinitamente más dignidad tanto al padre como al hijo.

Y sobre todo una frase que me ha impactado, pues en mi generación tanto en el colegio como en casa era normal el castigo y descubro que; "Castigo no, actúo"
Interesante enfoque para todos aquellos que estamos en el complicado proceso de la crianza cuando ya dejan de ser bebés y empiezan a evolucionar hacia las personas que serán.

El libro tiene un enfoque muy americano a la hora de describir con infinidad de casos particulares (que personalmente no me gusta mucho) pero la lectura entre caso y caso es interesantisima. Me ha resultado más ameno que el de "Como hablar para que sus hijos escuchen..." de las mismas autoras, aunque a alguien le pueda resultar más práctico.

1 comentarios:

Todavía no he llegado a ese párrafo. Desde luego que quien más duro es a la hora de "castigar"... es uno mismo. Y lo mismo tiene que valer para los niños.

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